En Hola Rosa descubrimos cómo era Lina Morgan fuera de los focos y los escenarios.
Lina era una mujer muy protectora, según sus allegados. Cuando sus padres se pusieron enfermos y ella tenía que salir de gira, contrató a Julia, una exbailarina, para que les cuidara. La relación que tenía con sus dos hermanos, Emilio y Julia, no era muy buena precisamente. Tenían una diferencia de edad de 15 años y apenas se trataban ni mantenían contacto.

Una de las grandes mentiras de las que presumió Juanito Navarro fue la de que había descubierto a Lina Morgan con el empresario Matías Coslada, y en realidad, el que descubrió a la humorista fue Adrián Ortega (actor y director de teatro). Los amores de Lina fueron muy secretos, tanto que cuando se tocaba ese tema, ella decía: “Huy deja deja, que estoy muy bien sola”, pero la realidad era muy distinta.

Al parecer, una de las pocas relaciones reconocidas fue la que mantuvo con el actor Manuel Zarzo, y después hubo una larga lista de personas que nunca han querido salir a la luz pero si podemos decir sus profesiones. Ella decía que estuvo con un torero, un futbolista y el hijo de unos tenderos de Madrid que tenían una tienda de electrodomésticos (José Luis). Los mejores amigos de la actriz nos dicen que llegaron a estar de siete a ocho años juntos. La relación con él era muy buena, aunque no tanto con los padres de él, que no la querían nada. Lo más gracioso es que Lina hizo un spot para Philips y ella se reía porque tenían que poner el cartel en la puerta de la tienda de sus ‘suegros’ y verla todos los días.

También se habló de un empresario de Zaragoza y de un actor que nunca quiso dar su nombre, que nosotros conocemos pero que no vamos a desvelar (no nos matéis). Con quien sí terminó muy mal fue con un humorista que se las dio de descubridor a Lina con el que trabajó como pareja artística durante 10 años: Juanito Navarro, con el que acabó fatal.

Jesús García Orts, autor de De Angelines a Excelentísima Señora publica una biografía de la actriz ya fallecida, donde también confirma datos de este artículo y aporta algo que desconocíamos públicamente. Según Jesús, Lina Morgan era una jugadora nata en casinos y bingos, donde llegó a gastarse muchos miles y millones de pesetas, pero a ella no le importaba porque tenía muchos ingresos. En uno de esos casinos, conoció a Manolo Escobar, con el que congenió muy bien.

En sus últimos años de vida, la humorista dio orden de que no se le volviese públicamente pues era una mujer muy coqueta, sí es cierto que, tal y como contamos, hubo algunas salidas no autorizadas de la artista por su cuenta, pero en realidad estaba muy bien cuidada por su hombre de confianza, que fue su chófer y después su administrador (Daniel Pontes). Era tan coqueta que nos cuentan que cuando estaba en el hospital hacía subir a su habitación para que le arreglasen el pelo una vez por semana. Uno de sus sueños era conocer Las Vegas, algo que cumplió con creces y conoció al cantante del que era super fan: Frank Sinatra.

Por otro lado, Lina Morgan tuvo muchas ofertas para trabajar en el extranjero pero siempre las rechazó. Panamá, México, Venezuela, Argentina, París fueron algunas de sus ofertas, e incluso Pedro Almodovar, en los años 80 y Luis García Berlanga contaron con ella para trabajar en Moros y Cristianos, donde Rosa María Sardá la sustituyó.

En el tema de los musicales, ella era muy estricta y sabía cuáles eran sus límites. No quiso jamás hacer el formato de uno de los musicales más importantes: Mary Poppins, ni el drama Lisistrata. Le costó mucho comprar el Teatro de La Latina, otro de sus sueños cumplidos, entre 1983 y 1987 no paró hasta conseguirlo. También tuvo ofertas de hacer cine desnuda, que evidentemente rechazó. Era una mujer muy puritana, no le gustaban los desnudos ni las cosas chabacanas. Sí le gustaba jugar con la picardía, pero nunca pasó de ese límite, porque sus espectáculos pasaban perfectamente por la censura de Franco.
Sus grandes amigos es un apartado que realmente se pueden contar con los dedos de una mano: Raúl Fender (Humorista), el Padre Ángel, Luis Antón (Periodista), Paloma Gómez de Borrero, Moncho Ferrer (Productor), Amparo Rivelles (Actriz), y eran los únicos a los que contaba sus secretos.
Era una mujer con mucho carácter, llevaba a mucha gente a sus espaldas. Era muy consciente de que daba de comer a muchas familias, pero su simpatía aparecía cuando entraba en el escenario, sin embargo tuvo que luchar mucho y tener mucho carácter para llegar a conseguir sus logros profesionales.
Lina Morgan se quedó con las ganas de montar su propia fundación para ayudar a niños, ancianos necesitados, pero la enfermedad le impidió poner en marcha este proyecto. Una de las cosas que nos comentó en vida, y que siempre que la veía me decía, era: “Yo quiero montar una escuela de actores para descubrir y potenciar nuestro arte, nuestro teatro, el mundo del actor”.
Fue una mujer muy conservadora y de derechas, de las que a principio de los 70, junto con Pilar Bardém y Concha Velasco, entre muchos actores, consiguieron ‘El día de descanso en los teatros’. Formó parte de una comisión regidora con José Sacristan y otros actores españoles.
Pensamos que, a pesar de sus últimos años, fue una mujer feliz que cumplió muchos de sus sueños. Tenía muy buenos amigos y dejó su sufrimiento para vivirlo en la más estricta intimidad. No quería que la vieran llorar. Hasta retrasó la noticia de la muerte de sus hermanos para llevar el luto en solitario. Eso unido al hecho de que murió 24 horas antes de que se diese la noticia, nos deja perplejos aún a día de hoy.
Lina Morgan seguirá siendo una de nuestras artistas con más premios, con más gracia y podemos decir que fue una gran mujer.