Como ayer comentamos en Holarosa.es, Maite Zaldívar volvió a entrar por las puertas de Alhaurín de la Torre tras seis días de permiso penitenciario.
Según ha informado la Junta de Tratamiento de la cárcel, Maite se ha adaptado muy bien a la vida carcelaria, como cualquier preso ha visitado el departamento de psiquiatría pues es un trance muy duro; por el momento no ha causado escándalo alguno y ha sido una presa modélica sin causar ningún problema a los jueces o provocar algún conflicto. Actualmente está en un segundo grado, ha cumplido un año de pena y en marzo posiblemente se le concederá el tercer grado.
No se puede decir lo mismo de Isabel Pantoja. Al contrario que Maite, la cantante trae por el camino de la amargura a la Junta de Tratamiento de Alhaurín de la Torre. Se ha negado a comparecer y su comportamiento dista mucho del ejemplar.
El pasado 18 denoviembre, la expareja de Julián Muñoz ha mantenido una conversación telefónica con su hermano Agustín y, según una de las presas que estaba escuchando, «ha montado un pollo». Según nos han informado, Isabel rompió a llorar y se negó a comer. «Tengo el alma rota», decía a su hermano. Se le han atrofiado las cuerdas y no podrá cantar nunca más.
Los delitos cometidos por Maite Zaldívar no son justificables, sin embargo, Isabel Pantoja debería replantearse tomar una actitud similar a la de Maite. Quizá comenzarían así a cambiar sus posibilidades con respecto a la concesión del Tercer Grado.