Ya han pasado tres meses desde el fallecimiento de la querida actriz, Lina Morgan, y ya se vuelve a hablar de su legado. La cómica, cuyo nombre real era Ángeles López Segovia, años antes de su fallecimiento, realizó un testamento ante un notario, Juan Manuel Lozano Carrera, concretamente el 10 de octubre de 2013. Por aquella época, la cómica ya estaba en un estado delicado. Un mes después fue ingresada y ya no se volvió a saber de ella.
Recientemente se ha descubierto que Lina únicamente ha reflejado en su testamento a su chófer y amigo, Daniel Pontes, dejándole una herencia cercana a los 40 millones. Esta noticia ha sido sorpresa de muchos, aunque al parecer, el Padre Ángel, que esperaba que su ONG Mensajeros de la Paz, junto con otras congregaciones religiosas ligadas a la vida de la actriz, estuvieran incluidas del mismo modo, no se ha mostrado del todo sorprendido: «Sabíamos que Mensajeros de la Paz no iba a heredar nada de Lina. Yo sabía que se lo dejaba todo a Pontes y no me molesta lo más mínimo. Estoy contento y feliz y me quedo con lo mejor de ella», revela el párroco a Europa Press.
Ante esta noticia, Daniel Pontes no ha querido hacer declaraciones, «No pienso entrar en ningún tipo de polémica, si no hablé de dinero en vida de Lina, no lo voy a hacer ahora que está muerta», explica. No obstante, el chófer y asesor personal de la intérprete se confiesa en la revista Pronto: «Si han dicho que soy el heredero universal, será verdad«.
Pero aquí viene la polémica: Daniel Pontes afirma en el portal de noticias Chance que el testamento de la actriz aún no se ha abierto. Esta declaración es totalmente contraria a la que publicaba la revista ‘Lecturas’ y a las últimas declaraciones del padre Ángel en las que decía desconocer si se había abierto. Por su lado, el notario afirma: «El testamente estaba abierto y obligatoriamente se ha tenido que notificar a los herederos que figuran en el mismo. Y a fecha de hoy el padre Ángel no ha tenido ninguna información al respecto». El asesor de Lina Morgan, por su parte, dice que todo es mentira. «El testamento no se ha abierto, solo se han mirado unas sociedades. Hasta la semana que viene, o como mucho la siguiente, no se conocerán las últimas voluntades de Lina».
Es a partir de este momento en el que empiezan a surgir las dudas, ¿quién miente, el chófer de la actriz o el notario?
